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De balances, cuentas y... saldos
Uno viene de una formación más o menos clásica. Y por ello, y por haber dedicado una gran parte de su vida laboral al ámbito de las finanzas, no puede resistirse a la inveterada costumbre de, llegado el fin de año, tratar de ajustar las cuentas antes de dar carpetazo al ejercicio vigente.
Así que, como ya tantas veces, se pone a la tarea con la desazonante pero grata impresión de que las cosas siguen... más o menos igual.
Es decir, que la suma de lo recibido (Debe) enfrentada a lo dado (Haber) sigue mostrando un diferencial mareante a favor del primero (Debe). Por lo tanto, el saldo deudor no sólo no ha disminuído, sino que se ha incrementado.
Bien es verdad que el ejercicio actual ha sido un tanto decepcionante, no ha habido ocasión de aportar mucho, bien sabe Dios lo que me duele... pero así ha sido.
De manera que, si tenemos en cuenta el Haber acumulado en tantos años de Camino, apabullantemente mayor que lo devuelto al mismo... seguimos presentando una cuenta con dos lecturas diferentes.
En primer lugar, un Debe recibido y consolidado inmenso, lo cual es positivo, muy positivo. Y un Haber devuelto por uno francamente exiguo, lo que no deja de ser preocupante.
En el Debe recibido, Camino, amistad, amor (Eros), Amor (Ágape), ilusión, esperanza, solidaridad, crecimiento, confianza, alegría... todo a raudales.
En el Haber devuelto, nada que nadie de nosotros no pueda aportar, unas horas de desvelo, unos cuantos peregrinos atendidos, y apenas nada más.
Comprenderéis la magnitud de la diferencia y el compromiso que supone asumir el saldo resultante.
Si miráis en vuestra mochila detenidamente, quizá alguno de vosotros encontraréis algo parecido a lo que he tratado de explicar.
Si es así, alegráos, porque la tarea que os queda por delante es inmensa para tratar de compensar, siquiera en una pequeña parte lo recibido.
Si no fuera de esta manera, alegráos más aún por haber sido capaces de multiplicar ciento por uno lo recibido... los demás os lo agradecerán.
Es tiempo de cuentas, de cerrar sumas, cuadernos y contabilidades.
Que cada uno de vosotros, hechas las cuentas, se aplique a compensar las diferencias...
Y que, al final, siempre nos quede la sensación de que podemos dar más de lo que damos, porque ese será el motor de nuestras acciones para los Ejercicios por llegar.
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