¿Templario? ¿A estas alturas? Pues probablemente sean momentos en los que el ideal templario pudiera tener carta de naturaleza y vigencia, más que nunca.
¿El último? ¡Hombre, una simplificación muy llamativa, pero, ¿por qué negarle a una persona como él ese título que no dejan de ser dos palabras unidas por algo menos que engrudo?
Así pues, Tomás, orgulloso, firme y aparentemente indestructible, un buen hombre que ayuda a los demás y mantiene enarbolada una bandera de sencillez, de servicio, una gota de rebeldía y libertad, unos gramos de cordura, en este mundo absolutamente abonado a la locura, la zafiedad y la hipocresía.
Mi más rendido tributo de admiración y agradecimiento a Tomás y a sus ayudantes, Paco y compañía.
De viejos papeles extraviados, nunca olvidados, brota este sencillo agradecimiento:
Manjarín es distinto, ya lo sabemos.
Distinto porque no da buen a pinta ¿o si?
Diferente porque allí se mira de frente y no se anda con rodeos: se da lo que se tiene, porque todo el mundo es bien recibido siempre que vaya por derecho y noblemente ¿o no?
Desde luego es diferente porque no se aceptan diferencias, se pide por todo el mundo, se recuerda cada día a las gentes oprimidas de todo el mundo, a los que luchan por su supervivencia y por su libertad ¿o no?
También se diferencia del resto porque en ese lugar las formas superficiales no tienen importancia, no hay platos nuevos, se come lo que se encuentra, pero no falta de nada, porque allí se produce diariamente el milagro de los panes y los peces, porque allí se descansa y se calienta uno al amor de una estufa de leña, porque allí las miradas son más limpias, porque la sonrisa es moneda de cambio, porque no hay luces que nos impidan ver la Luz en cada acto...
Y aún negamos el derecho a existir a personas que mantienen ese remanso de Paz... desde luego este mundo va mal, muy mal.
Bueno, pues el que no entienda ésto lo tiene muy fácil, continúe su camino, mire hacia la izquierda, no se detenga un sólo segundo no vaya a contaminarse de Autenticidad, de Sencillez, de Verdad, que eso es muy, pero que muy malo.
Bendita locura, venga de donde venga, llámese como se llame, con capa o sin capa.
Gracias Tomás, gracias Paco, gracias a todos los sin nombre, pero con Amor.
Manjarín vive, vaya si vive, y vivirá, podemos estar seguros.
Benditos locos.
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