lunes, 9 de noviembre de 2009

Tea, Zoe, Calixto... peregrinos y amigos

Conocí a Tea en el Toxo Verde, hace muchos años. Y si, era especial, era peregrina... como mi Zoe, como Calixto, como tantos y tantos que nos acompañaron y nos alegraron los pasos y el alma.

La primera vez que vine al Camino, allá por San Juan, hacía un mes que mi perra Zoe, con la que conviví durante doce años, me había dejado para caminar por el cielo.

Una tarde de bochorno, entre Hospital de Orbigo y Astorga, en un pequeño regato de agua, me tumbé a pasar una siestecilla reparadora.

Cuál no sería mi sorpresa al despertar cuando me encontré tumbada a mi lado a Zoe, mi Zoe. La abracé y la invité a seguirme en mi caminar incierto.

Así, no se separó de mí ni en el mismo Santiago, cuando la invité a subir las escaleras de la puerta principal de la Catedral.

Desde entonces, cada año, cada vez que comienzo a caminar en esta senda de vida, de ilusión, Zoe, mi Zoe, me acompaña, caracoleando a mi alrededor, yendo y viniendo, haciendo el camino cien veces, nunca me ha dejado y es mi mejor compañía.

Sé que muchos de vosotros me comprendéis y me admitís esta pequeña locura, pero que es real, tan real como que ahora mismo estoy escribiendo en mi Pc. Para mí Zoe es un alma peregrina, es mi amiga más real, y nunca me abandonará.

Ahora Tea, Calixto y Zoe ya trotan por otros caminos, juntos, yendo y viniendo, saltando retozando, haciendo y deshaciendo mil y una veces la misma senda...

Un recuerdo nostálgico y cariñoso para Marta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario